FOSTER / Siberiano / Trascendido
Luego de sus 3 tres años note que caminaba cojito de su patica trasera y decidimos llevarlo al médico veterinario de urgencia, así empezó un camino de travesías sin respuestas, de dolor progresivo, muchos tratamientos, cirugías, noches eternas ayudándolo lo más que podíamos.
De pronto uno de los médicos tratantes, al notar que no mejoraba con los tratamientos, nos recomendó ir donde una persona buena de sentimientos, ¡llena de luz y encontraríamos un camino de desprendimiento y evolución… María Elena!!!
Ella nos enseñó a comunicarnos y a entender que nuestro hermoso Foster, vino a ayudarnos a salir adelante, a valorar lo que en algún momento habíamos perdido como familia. En nuestra primera experiencia con María Elena, sentimos que podíamos comunicarnos con nuestra mascota, no entendíamos a veces el desánimo de Foster; pero ella nos metió en ese mundo que a veces es difícil explicar, porque a veces sólo se siente. Un ejemplo de ello es que Foster, en su diario vivir caminaba de un lugar a otro y estaba muy inquieto, Foster le comunico a María Elena que quería de regreso su ¡tapete Naranja!, ¡Dios no lo podíamos creer! El desde muy pequeño se acostaba en ese tapete, en esos días no lo tenía porque lo habíamos llevado a lavar y pensábamos que era mejor una colchoneta, pero quería su tapete. Al regresar a casa, rápidamente le devolvimos su tapete y Foster no volvió a usar otra cama que esa, prácticamente allí fueron sus últimos momentos.
Teníamos muchas culpas y remordimientos porque pensábamos que en algo habíamos fallado y su salud se había deteriorado. Mi hija un año antes de todo este proceso había sufrido una caída y tuvo una cirugía delicada de rodilla y Foster fue su apoyo total, tanto físico como emocional. Foster en esa sesión, le mandaba decir que ella no era culpable de su enfermedad, que no se sintiera mal, que su apoyo era una muestra de su amor incondicional, que su enfermedad fue otra cosa y definitivamente no su culpa de ella. Para ella ese mensaje fue muy reconfortante y su recuerdo sigue intacto lleno de amor y sin remordimientos.
Mi hijo tenía rabia porque no aceptaba el sufrimiento de Foster. A él también le envió un mensaje, en donde le decía que tendría que cambiar, porque la rabia y la no aceptación no eran buenos consejeros para su vida; que debería aprender a aceptar. Él no podía creer que Foster sabía de su debilidad, desde ese momento el intenta dar lo mejor de sí para dejar la rabia de lado.
A mi esposo le dijo que jamás se sintiera sólo (así se sentía muchas veces) porque él siempre lo había escuchado, luego lo aceptó y con lágrimas en sus ojos escuchaba ese mensaje por medio de María Elena.
Para mí era difícil escuchar por medio de María Elena, pero Foster quería hacerme saber algo que he sentido en muchas ocasiones en mi vida y es creer en la luz que llevo dentro de mí! Eso me ha pasado en muchas situaciones en mi vida con enfermos qué llegan a mí y por fortuna los acompaño, los ayudo, ¡doy amor incondicional!!!!
Gracias, por todos estos mensajes hermosos. María Elena hizo parte de esta historia, nos ha ayudado a entender la partida, aunque sea dolorosa. ¡Después nuestro Foster lleno de valentía tuvo otra consulta y manifestó que tenía una tarea pendiente!!!!
Nosotros acá debíamos decidir dejarlo partir por el diagnóstico tan definitivo, ¡humanamente no se podía hacer nada!!! Esa última semana logramos aceptar y entender que él ya debía partir seguramente para ir a ese hermoso jardín desde donde vino. María Elena nos hizo comprender los mensajes Foster. Seguramente debía regresar luego de esa comunicación para que pudiéramos despedirlo con aceptación y amor incondicional.
La vida nos premió porque pudimos agradecer por los momentos que compartimos y despedirnos. No fue fácil, pero saber y entender que debía ir a donde sus ancestros y todo lo que permitió esa intermediación de María Elena, nos ayudó. Damos gracias porque esa luz no sólo la encontró nuestro valiente Foster, nosotros hemos crecido como personas, fue: ¡Dejar ir con amor incondicional!!!!!!!
Gracias María Elena por tu apoyo, por enseñarnos a entender y aceptar. Tú ayudaste a esta familia a valorar un animalito, ser lleno de luz y amor desinteresado. Nos permitiste adentrarnos en un mundo que difícilmente se puede definir como lo dije anteriormente sólo sentir esa paz y tranquilidad a pesar de las circunstancias.
FOSTER: HASTA EL INFINITO Y MÁS ALLÁ!!!! TE AMAREMOS!!!!!
Luz / Bogotá