LULU / French poodle / Trascendida
En las terapias Luli siempre se mostró muy alegre, conversadora, apasionada y mostrando como vivía su vida junto a nosotros. Con las terapias que realizamos, la idea era ayudarla a romper lazos con el pasado que la tenían muy afectada y con nosotros, especialmente con mi mamá y aquí es donde les cuento que este año nosotros perdimos a mi abuela (por parte de mi mamá), mi mamá estaba muy afectada y había creado lazos con Lulú para que tampoco nos dejara este año ya que la veíamos muy malita, pero eso la estaba afectando a ella en un plano espiritual, así que se rompieron los lazos para que lo que pasara de ahora en adelante quedara a su libre albedrío y así fue.
Conforme paso el tiempo Lu fue tomando su decisión, la cual fue difícil de aceptar para nosotros y creo yo que lo fue más para mí. Previamente habíamos estado hablando en la casa sobre qué hacer si se empeoraba, dejarla descansar o seguir luchando hasta el final, pero siempre es una decisión que lo marca a uno para siempre y mi posición siempre fue que, si ella se iba a ir, lo iba a hacer por sus propios medios.
La noche que la llevamos a la clínica estaba muy malita y en mi corazón sabía que no iba a volver con nosotros a la casa. A la mañana siguiente cuando regresamos nos comentaron que no había mejoría en su condición, esa mañana acepté que no podía seguir reteniéndola contra su voluntad y me despedí de ella, solo estaba esperando a vernos para despedirse también. Mi mama se fue a trabajar y yo tenía una reunión, regrese a la hora de haberla visto pero me dijeron que había acabado de fallecer, eso me rompió el corazón y me sentí impotente, más porque soy medica veterinaria y el saber que no pude salvarla, que si me hubiera quedado ese día con ella hubiera hecho la diferencia y tal vez seguiría viva eso me marco y me culpe por no haberla salvado y por haberme ido ese día, pero era un proceso natural de la vida y así tenía que ser.
María Elena nos ayudó a entender y nos mostró a su manera lo que significa la muerte para ellos, que es algo hermoso y el trascender de plano algo excepcional, sabía que estaba feliz y también preocupada por nosotros porque estábamos tristes, pero en la sesión que tuvimos la vi rodeada de luz dorada y rosada y supe y pude sentir que estaba muy bien; María Elena me explico que no tenía que sentirme culpable, la muerte es un proceso natural de la vida y yo en vida di lo mejor de mí, para que ella viviera con plena satisfacción. En ese momento comprendí que ella fue más que una mascota para mí, fue mi maestra y mi compañera de vida que, aunque ya no está en cuerpo la siento en mi corazón todos los días acompañándome.
Carolina / Médico Veterinario